Ideas para des-ayunar de forma inteligente y recuperar tu energía vital
Sin duda, el desayuno es la comida más importante del día. Cuando me preguntan qué pienso del ayuno intermitente, tengo una respuesta clara: considero que es una practica optima si se entiende cómo hacerlo. Para mí una buena manera de hacerlo es cenar cuando el sol desaparezca o al menos no más tarde de las 20:00 y desayunar 12 horas después, entre las 7:00 y las 9:00 de la mañana. La sabiduría popular está repleta de sentido común y guías claras para vivir en salud:
“Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”.
Esto tiene una buena explicación ya que sobre las 2 de la madrugada, la glucosa empieza a descender en el cuerpo, haciendo que después de la cena tengamos que picar algo dulce, pues los índices de glucemia bajan y se entra en un estado temporal de hipoglucemia, lo mismo que sucede dos o tres horas después de la comida al mediodía.
Estos movimientos desordenados del apetito suceden porque hemos escogido inadecuadamente nuestra alimentación del día, olvidando el buen rendimiento de la glucosa, y nos hemos decantado por harinas o cereales refinados, bollería, galletas o alimentos de cadena molecular corta y de muy rápida absorción, por ejemplo: las patatas.
Las cenas después de las 21:00, aunque parezcan ligeras, se convierten en pesadas para el organismo y hacen que el sueño no sea del todo reparador ya que el cuerpo está intentando deshacerse del extra de actividad que le hemos proporcionado en un momento destinado al descanso. Después de una cena tardía, pesada, grasa, salada… nos despertamos con la boca pastosa, nos sentimos cansados, sin vitalidad y a veces mareados o con la mandíbula tensa. Todos estos síntomas nos están diciendo que nuestro hígado está en tensión.
A la mañana siguiente creemos que una taza de café nos va a calmar todos estos síntomas, pero en realidad este café lo que produce es una excitación de las suprarrenales, sacando la energía de tus reservas. Otra manera de afrontar la mañana es sin hambre por este cuadro hepático antes citado y en el mejor de los casos te preparas un vaso de leche con una galleta, es decir, un coctel de azúcares simples y grasas saturadas. Este es el típico desayuno que te devasta: “TE COME”.
“Hay comida que comes y otra que te come”
Si se empieza el día con el combustible equivocado, se llega a media mañana, buscando la vitalidad por las esquinas: bocadillos, bollería, productos azucarados, fríos, líquidos… todos estos snacks se convierten en falsos aliados que en realidad no nutren sino que solo llenan. A la hora de comer aún se estará digiriendo el almuerzo lo que hará comer poco y volver a tener hambre a media tarde sobre las 16 o 17h cuando se completa el ciclo de bajada del azúcar y vuelves a tener ganas de azúcar rápido.
El azúcar simple, sea cual sea su origen, es de rápida absorción y de corta duración. Consumirlo es como encender el fuego con papel, llamarada alta y grande, cenizas en pocos segundos y nada de fuego.
¿Y por qué es tan importante la glucosa?
Te voy a dar más de 4 razones.
1. La glucosa es de lo que se alimentan las células de nuestro cuerpo. Es el alimento principal del cerebro, es la energía.
2. Necesitamos glucosa para hablar, movernos, para pensar, para trabajar, para estudiar, para reír y sobre todo para almacenar las reservas energéticas que utilizamos en momentos extremos. La glucosa es a nuestro cuerpo como el combustible al coche.
3. La glucosa de buena calidad nos proporciona estabilidad emocional e intelectual. La encontramos en los cereales integrales y el mejor momento para abastecernos de ella es el desayuno.
4. Si comprendemos el significado de desayunar “deshacer el ayuno” al que hemos sometido al cuerpo durante toda la noche, optaríamos por hacer un des-ayuno nutritivo, y ligero de digestión fácil para empezar a poner en marcha el cuerpo poco a poco para que nos aporte energía de lenta absorción y de larga duración, para poder afrontar todas las actividades que se sucederán durante la mañana, que es el período más productivo del día.
Ideas para ‘‘des-ayunar’’ de forma inteligente y recuperar tu energía vital:
Una buena manera de empezar el día es con cremas de cereales integrales dulces o saladas, acompañadas de compotas o puré de frutas, sirope de arroz, purés de almendras, o tahin, semillas tostadas, o frutos secos, gomasio, puré de umeboshi, amazake…
Algunas buenas recetas para el desayuno son: los porridge de copos de cereales o granolas tomadas con bebidas de vegetales. El pan germinado acompañado con compota de frutas o crema de frutos secos o el mochi tostado. Para los más avanzados la sopa miso acompañada con mochi es una buena idea.
Descubre las recetas de crema de cereales
Para hacer la crema de cereales de manera estándar debemos lavar bien 1 vaso de cereales (arroz, quinoa, trigo sarraceno, mijo…) y cocerlo con 5 vasos de líquido. La idea es hervirlo a fuego muy bajo tapado para que se cocine lentamente durante 1 hora aproximadamente. Transcurrido el tiempo se apaga el fuego y se deja reposar. Tambíen se puede triturar hasta conseguir una crema cremosa.
A continuación, te detallo como elaborar cada crema de cereales y sus beneficios:
Crema de arroz
La crema de arroz es la mejor manera de empezar el día: aporta energía estable, prepara el cuerpo para la jornada entera y nos ayuda en el proceso de limpieza orgánica. Además, genera estabilidad emocional, y contribuye a una buena digestión.
Ingredientes:
1 copo de arroz castanho
5 vasos de agua
1 trozo de alga kombu de 2 centímetros
Preparação:
1. Lava bien el arroz bajo el grifo.
2. Deja remojar en agua.
3. Lleva una olla a ebullición y hierve el arroz con el alga hasta que adquiera una textura cremosa. Si no la consigues puedes triturar la crema con una batidora.
4. Servir con toppings dulces o salados. Para prepararlo de forma dulce puedes usar: melaza de arroz, ciruelas, pasas o orejones cortaditos, compota de frutas y puré de almendras. Para la versión salada puedes usar gomasio, puré de umeboshi o tamari.
Nota: esta crema se puede guardar en un tupper de cristal en la nevera para 2 o 3 días.
Otro consejo es masticar muy bien cada bocado en casos de utilizar esta crema como terapia para estados convalecientes o disfuncionales.
El mijo en general tonifica el sistema digestivo, nutre el bazo y el estómago, elimina el cansancio, ayuda en épocas de gran trabajo intelectual, contribuye a la pérdida de peso y de líquidos, tonifica el sistema linfático, equilibra en caso de alergias, e intolerancias.
Ingredientes:
1 vaso de mijo
5 vasos de agua
1 manzana cortada
1 trozo de calabaza
La piel de un limón
1 rama de canela
Un puñado de orejones
1 zanahoria cortada
Elaboração:
1. Lava bien el mijo en un colador.
2. Llévalo a ebullición con el resto de los ingredientes y una pizca de sal.
3. Tapa durante 10 minutos a fuego alto y 40 minutos a fuego bajo. Tritura para que quede cremoso.
4. Acompañar con compota de frutas o amazake. Nota: esta crema se puede guardar para 2 o 3 días en la nevera en un recipiente de cristal.
Crema de trigo sarraceno
Esta crema es ideal para días fríos, para zonas de montaña y nieve, para personas con frío interno o con baja energía sexual. Para personas que desarrollan trabajos físicos fuertes, esta crema aumenta la temperatura corporal, aporta energía extra, eleva la libido genera dinamismo físico.
Ingredientes:
1 taza de trigo sarraceno
5 tazas de agua
1 trozo de alga kombu de 2 centímetros
1 cucharada de puré de umeboshi
1 cucharada de semillas de calabaza
Elaboração:
1. Lava bien el trigo sarraceno.
2. Déjalo secar sobre el colador.
3. Tuéstalo ligeramente en una sartén sin aceite.
4. Ponlo en una cacerola junto con el agua y el alga kombu y cuece 40 minutos a fuego lento.
5. Paralelamente tuesta en una sartén las semillas de calabaza.
6. Una vez el trigo tenga una textura cremosa añade un poco de puré de umeboshi y las semillas de calabaza. Si no consigues esta textura puedes triturar el cereal con una batidora.
Nota: si se quiere un desayuno dulce, sustituye los toppings salados por un poco de sirope de arroz o compota de frutas y las semillas tostadas.
Crema de cebada
La cebada es refrescante y purificadora, ayuda a drenar toxinas y descargarlas del cuerpo, fortalece el hígado y calma las emociones como la cólera y rabia. Embellece y tonifica la piel.
Ingredientes:
1 vaso de cebada.
7 vasos de agua.
1 trozo de alga wakame de 2 centímetros.
1 ciruela de umeboshi.
1 cucharada de semillas de sésamo tostadas.
Melaza de cebada.
Elaboração:
1. Lava bien la cebada y deja a remojo durante 1 hora o toda la noche.
2. Llévala a ebullición con el alga wakame y la ciruela de umeboshi durante 10 minutos a fuego alto y 50 más a fuego bajo.
3. Tuesta las semillas de sésamo en una sartén sin aceite.
4. Sirve con malta de cebada y las semillas.
Nota: esta crema se puede guardar en la nevera en un recipiente de cristal para 2 o 3 días.
Crema de quinoa
La quinoa ayuda a eliminar calor interno, es proteica, energética y depurativa. Ideal para personas que quieren perder peso. Es la crema por excelencia del verano o los tiempos calurosos.
Ingredientes:
1 vaso de quinoa
5 vasos de zumo de manzana ecológico.
1 pizca de sal. Piel de limón.
Um punhado de sultanas
1 cucharada de sirope de arroz.
Elaboração:
1. Lava muy bien la quinoa bajo el grifo.
2. Pon todos los ingredientes en una cacerola a excepción del sirope de arroz.
3. Hierve a fuego bajo hasta que se transforme en una textura cremosa. También puedes pasarlo por la trituradora para que quede con la textura deseada.
4. Servir con el sirope de arroz y las semillas tostadas. Todas las cremas también se pueden calentar al día siguiente con bebidas vegetales de cereales.
“Que tu alimento sea tu medicina.’’
Artículo escrito por Patricia Restrepo, consultora macrobiótica y directora del IME Instituto de Macrobiótica de España.